Barcelona, con más de dos mil años de historia, guarda entre sus calles inacabables leyendas, entre ellas la del mito de su fundación. Son varios los personajes a los que se atribuye su fundación pero sin duda alguna la leyenda del fundador que mejor ha sobrevivido al paso de los siglos es Hércules, el plagio romano al mítico Heracles hijo de Zeus y Alcmena o en este caso de Júpiter y la misma reina mortal Alcmena.
Como toda Leyenda la fundación de Barcelona por parte de este Héroe se fundamente en hechos reales, o mejor dicho, que se consideraban reales ya que Hércules a su vez forma parte de la mitología mediterránea. Dicho esto hemos de tener en cuenta los factores en los que se basan la leyenda, con sus variaciones, sobre la intervención de Hércules en la fundación de Barcino o mejor dicho Barchenona, ya que es durante la edad media que esta leyenda toma cuerpo y se populariza hasta llegar a nuestros días.
La base de la leyenda de la fundación de Barcelona por parte de Hércules la encontramos sobre la presencia del héroe en la península durante la realización de su décimo trabajo impuesto como penitencia tras haber matado a sus hijos. En este trabajo, bajo las ordenes de Eristeo, Hércules tiene que llegar hasta Heriteia, actual Cádiz para robarle el rebaño al gigante Gerión y llevárselo a Eristeo, el rey de Micena que vigilaba el cumplimiento de los doce trabajos impuestos al héroe como penitencia por haber asesinado a sus hijos.
Obviamente Gerión no estaba dispuesto a ceder su rebaño y es entonces cuando se desata una lucha a muerte entre Gerión y Hércules, convertido en un gigante. La lucha entre los dos gigantes dura una semana y el campo de batalla se extiende por toda la península, es durante el séptimo día que Hércules logra matar a Gerión. tras matarlo y descansar tras la larga pelea al levantarse se ve rodeado de un hermoso paraje, este no es otro que el llano de Barcelona, donde decide fundar la ciudad conmovido por la belleza del lugar. Después de fundar la ciudad vuelve a Heriteia, desde donde conduce el rebaño hasta Micea, el recorrido que usará para llevar el rebaño hasta Micena será conocido posteriormente como Vía Herculia en la península y será la misma vía sobre la que posteriormente los romanos construirán la Vía Augusta que con más o menos cambios en su trazado sigue uniendo hoy todo el litoral peninsular desde Cádiz hasta la Junquera.
No es la única versión donde Hércules, convertido en gigante, funda la ciudad tras un descanso merecido al llevar a cabo una ardua tarea. En esta versión, nuestro héroe, decide fundar Barcelona tras haber levantado los Pirineos, ya que estos fueron erigidos como sepultura para la bella Pirene, hija del mítico rey Túbal, el primer rey de los íberos. Tas el ingente trasiego de las enromes rocas que hoy conforman la sierra de los Pirineos Hércules se siente en la falda de Montjuïc y al contemplar las hermosa pradera que se extiende a sus pies decide que cuando tenga un momento entre tarea y tarea fundará allí una ciudad. Pasaron los años y por fin reunió a los hombre necesarios para establecer una colonia, estos se emprendieron el viaje en nueve barcas pero a medio camino les sorprendió una tormenta que provocó que ocho de ellas acabaran en la costa este de la Galia, donde fundarán Massalia, Marsella. La novena de las barcas permanecía perdida, así que Hércules se dispuso a buscarla y la encontró a las faldas de Montjuïc, destino originario de la expedición. Al ver que aquellos colonos ya habían empezado a levantar la ciudad, decidió bautizarla como Barcanona, la barca novena y de aquí el nombre de Barcelona.
Si en la primera de las leyendas sobre la fundación de la ciudad la podemos relacionar con la existencia de la Vía Hercúlea, la segunda, como toda leyenda, guarda algo de verdad, ya que la colonia de Massalia, formada por foceos, estableció numerososas colonias en las costas occidentales del Mediterráneo, entre ellas las de Empuries o Rodes y bien podría ser que se dejaran ver por estas tierras. Para entender el origen de esta leyenda, más que en fijarnos en la presencia de foceos en esta orilla del Mediterráneo lo tenemos que hacer en la etimología y el usa que de ella hacían los cronistas medievales, no es difícil imaginar que estos cronistas dedujeran que para ellos Barchinona fuera una deformación del latín barcha nona, más si tenemos en cuenta que por aquella época el latín que usaban y comprendían no era ni mucho menos el latín clásico.
La última de las leyendas, seguramente la que mejor ha llegado hasta nuestros días, que atribuye la fundación de Barcelona a Hércules toma como base la anterior, pero esta vez la barca que se extravía, la nona, es en la que se encuentra el propio héroe y la expedición de la cual formaba parte esta no era para fundar una nueva ciudad, si no que esta no era otra que la de Jasón y los Argonautas en busca del vellocino de oro, esta nueva leyenda se popularizó tras la celebración en Barcelona del XIX capítulo de la Orden del Toisón, presidido por Carlos V y que fue el primero en celebrarse fuera de los históricos territorios del ducado de Borgoña.
Seguramente la pervivencia de estas leyendas hasta nuestros días se deba en parte a la celebración de dicho capítulo en Barcelona, la popularidad de Hércules sigue siendo tal que aún hoy se pueden observar en las calles de la ciudad numerosas esculturas y fuentes, así como la existencia de una calle que lleva su nombre en el corazón de la ciudad. Esta popularidad no le debe de hacer mucha gracia a otro personaje, este real, que durante siglos compitió por ser el fundador de Barcelona, Aníbal Barca.
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