jueves, 17 de mayo de 2012

Dragones y Murciélagos, el escudo de Barcelona

Después de unas semanas sin publicar por falta de tiempo, en esta nueva entrada hablaremos del escudo de Barcelona, en concreto sobre el que esta coronado por un murciélago “Rat-Pennat” (rata alada) y que pese a que hace ya casi un siglo no es el escudo oficial de Barcelona, aún está presente en muchos puntos de la ciudad y es fácil encontrarse con él si nos fijamos un poco.

Jaume  rey tienda
Según cuenta la leyenda, está simbología se remonta a la conquista de la ciudad de Valencia por parte de Jaume I, cuando estando este sitiando la ciudad entro un murciélago en su tienda en plena noche y con su alboroto despertó al rey. Este, alarmado, dio la voz de alarma y el campamento entero se puso en guardia, la situación no hubiese pasado de cómica si fuese porque el murciélago decidió entrar en la tienda del rey la misma noche en que los habitantes de Valencia intentaban atacar por sorpresa el campamento sitiador, a si pues, según la leyenda el murciélago evito que Jaume I y sus tropas fueran atacados por sorpresa y como premio el rey decidió añadir al murciélago a su escudo de armas. Lo cierto es que como buena leyenda, no es la única que circula sobre Jaume I y el murciélago, ya que existen otras variantes, que también sitúan estos hechos en la conquista de Mallorca por parte del mismo rey.

escudo barcelona antiguo
Pese a que durante siglos se ha dado como buena esta leyenda para explicar el uso del “Rat-Penat” en la heráldica de muchas ciudades y villas de la antigua corono de Aragón, el origen lo encontramos un siglo después de las conquista de Jaume I, en el siglo XIV, al ser Pere III El Cerimonios quien creó la divisa que posteriormente acabó derivando en un murciélago y que en un principio se trataba de un dragón; como distintivo personal y que posteriormente fue adoptada por el resto de la descendencia de la casa de Barcelona así como por los Trastamara que ostentaron el título de reyes de Aragón y Carlos I, el último en hacer uso de esta enseña como heredero de los territorios bajo dominio de los reyes catalanes; tal y como se puede ver en su tumba del Escorial. El porqué del uso de este animal mitológico la encontramos en la explicación,a nuestro parecer más lógica, sobre su uso y tiene que ver con la similitud en la pronunciación en catalán que existe entre d’Aragó (de Aragón) y dragó (dragón) sin olvidar la importancia de la leyenda de Sant Jordi como mata dragones, de esta forma Pere III conseguía vincular su persona con el patrón tanto de Catalunya como el de Aragón, territorio, este último en el que tuvo que lidiar en varias ocasiones para hacer prevalecer sus derechos como soberano del mismo.

Pero si Pere III y su predecesores incorporaron el dragón en su escudo de armas ¿Cómo este paso a ser un murciélago? En este caso, como en el anterior, encontramos una explicación en una mezcla entre la leyenda de Jaume I y la derivación entre las palabras “Drac Penat” (Dragón alado) y “Rat Penat” (Rata alada) es decir murciélago. Según explica Jordí Alberti en su libro “La Bandera Catalana mil anys d’història” hay constancia de esta derivación ya en 1437, cincuenta años después de la muerte del rey. La primera representación gráfica del yelmo real con el “Rat Penat” que se conserva es de 1545, de hecho tal y como se puede ver en las ilustraciones de “Historia de los victoriosissimos antiguos Condes de Barcelona” (1603) y en la “Cronica universal del Principat de Cathalunya” (1609) a principio del siglo XVII ya se confunden las imágenes del dragón alado y el murciélago, pero fue finalmente la deformación de Drac-Penat hacía Rat-Penat y la tendencia de las autoridades en creer más en las leyendas la que acabó imponiendo al murciélago como símbolo heráldico incorporándose al escudo de la ciudad por lo menos ya en 1627 (ciudades como Valencia o Mallorca ya habían incorporado al murciélago en sus escudos en el siglo XVI).
escudo murcielago dragon reyes catalanes


Así pues los escudos con el Rat-Penat que aún se pueden ver en Barcelona y que hermanan ha esta ciudad con otras que aún lo mantienen a lo largo de los antiguos territorios de la Corona de Aragón; tendrían que ser en realidad un dragón, lo que resulta curioso es que muchos de estos murciélagos que aún hoy se pueden observar en la ciudad forman parte de obras modernistas, cuyos arquitectos sentían una especial devoción por este animal mitológico, sin duda alguna por su vinculación con el pasado medieval y la leyenda de Sant Jordi, la misma leyenda que siglos antes quizás inspiro a Pere III a lucir ese Drac-Penat que acabo siendo un murciélago.
Barcelona escudos murcielago ratpenat



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viernes, 16 de marzo de 2012

Cazadores de Hermes

Hoy en día casi nadie discute que la fundación de Barcelona fue llevada a cabo hace ya más de 2000 años por los Romanos, pero en la edad media está idea no estaba tan clara. No cuesta mucho imaginar que los barceloneses del Medievo empezarán a atribuir los magníficos restos del templo de Augusto, al que llamaban “El Milagro”; al semidiós griego Hércules, que según cuenta la leyenda, llegó a lo que hoy es nuestra ciudad en busca de una barca extraviada durante el viaje de los argonautas en busca del vellón de oro, esta barca no era otra que la novena de la flota, la “Barca Nona” (sí, parece que en aquella época los griegos hablaban latín) y de aquí deriva el nombre de la ciudad. Esta leyenda se fue institucionalizando con el paso de los siglos, hasta que en el XIX Hércules, como fundador de la ciudad, empezó a estar presente en algunos de los puntos más importantes de la ciudad.

Pero este no es el único hijo de Zeus que puebla las calles de Barcelona, existe por lo menos otro, Hermes, quién entre sus muchas funciones, aparte de ser el mensajero de los dioses es también el protector de los comerciantes, así que su presencia en la ciudad de Barcelona, puerto tradicional de comerció está más que justificada, aunque no empieza a estar presente hasta el siglo XIX, tanto en edificios públicos como en casas construidas con el dinero hecho con el comercio y la industria. Seguro que a muchos, igual que a mí, os ha pasado desapercibido. Es por eso que os quiero hacer participes de una genial idea surgida de VeoDigital y La meva Barcelona, se trata de una quedada para el próximo domingo 25 por la mañana para salir a la caza de Hermes por las calles de Barcelona, si estáis interesados poneros en contacto con alguno de los dos bloggueros y si buscais más información apretar en el icono que está en la parte superior de este blog. Hasta el 25!!


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La fotografía del casco de Hermes la he sacado de: Jordi Peñaroja, Llibres i fotos

martes, 6 de marzo de 2012

Torrent de les Flors o Torrente Flores

Después de unos meses sin publicar en el blog por diversos motivos, hoy hacemos una nueva entrada, recuperando la polémica surgida el 17 de diciembre del mes pasado tras la traducción de los nombres de casi todas las vías y calles en los mapas ofrecidos por la empresa google, pero la intención de este post no es la de hablar de esto, sino de un fenómeno a la inversa.

gracia mapa antiguo torrent de les flors
Fragmento del mapa de Gràcia de 1889
Hoy hablaremos de la calle Torrent de les Flors, situada en la antigua Vila de  Gràcia cuya urbanización se empezó a realizar a partir del siglo XIX y como ya explicamos en el caso del “Barri del Joier” los propietarios de los terrenos urbanizados decidían poner el nombre de las calles, como en el caso que hoy nos ocupa. A principios de 1860 se subastan los terrenos de la Masía del siglo XVII conocida como “Ca l’Alegre de Dalt”, entre los que se repartieron los terrenos nos encontramos con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, quien se hace con la mayor parte de los terrenos y entre otros pequeños propietarios, entre ellos una asociación creada por Miquel Massens i Soler, Ramon Rabassa i Pla y el principal socio y quien actuó como apoderado en esta inversión, Manuel Torrente y Flores. Nacido en 1829 en Ferrol y afincado en Barcelona a mediados de siglo tras hacer fortuna en Cuba. Tras la urbanización de los terrenos, estos les dieron el nombre a las calles que se crearon para poder levantar los edificios, a si pues hoy en Gràcia nos encontramos con la calle Massens, Rabassa y… pues no, no hay ninguna calle Torrente Flores en Gràcia y eso es debido a que ya desde un principio, los habitantes y vecinos del lugar empezaron a llamar a esa calle Torrent de les Flors (torrente de las flores) por encontrar el porqué de esto, hemos de  centrarnos en distintos motivos, por un lado la primera industrialización atrajo a las localidades donde se instalaban las fábricas mucha inmigración, pero a diferencia de las inmigraciones posteriores la primera oleada migratoria atrajo a gente procedente del campo catalán, así pues, cuando en 1862 se da el nombre de la calle como Torrente Flores, son muy pocos los familiarizados con el castellano y catalanizan el nombre, en este caso, nos encontraríamos con Torrent Flors y no con Torrent de les Flors, este paso a mi entender se debió dar al mismo tiempo que se catalanizaba el nombre de la vía, no cuesta mucho imaginar que aquella calle, que atravesaba de punta a punta Gràcia, pronto se convirtió en un verdadero torrente en los días de lluvia, uniéndose así a los muchos otros que bajaban por la propia localidad, como el Torrent de l’Olla o la Riera de Sant Miquel, más aún si tenemos en cuenta que por aquel entonces la calle no estaba adoquinada, ya que la licitación del adoquinado se realizó por lo menos treinta alos más tarde, tal y como se puede deducir de la nota aparecida en LaVanguardia el 24 de marzo de 1892 donde dice que “Hoy celebrará sesión de segunda convocatoria, la junta municipal de Gràcia (…) para aprobar (…) el proyecto de subasta de las obras de adoquinado de la calle del Torrente de las flores…” Nótese que en la publicación, se usa el nombre ya de Torrente de las flores, que también aparece ya con este nombre en el mapa elaborado en 1889 por el arquitecto municipal Miguel Barrera y no el de Torrente Flores. 

Manuel Torrente plaza jardines
¿Y la opinión de Manuel Torrente que veía como su nombre no perduraría en las calles mientras que la de sus socios sí?, pues bien, según parece no debió importarle demasiado, ya que no se han encontrado ninguna queja de Manuel Torrente, pese a que tenía derecho a  imponer su nombre, es má,s fuentes del ayuntamiento de Barcelona dicen que a este no le importó el nombre que adquirió la calle de forma popular y eso que Manuel Torrente tuvo tiempo de quejarse, ya que siguió viviendo en Barcelona hasta 1916. Así pues el nombre oficial pasó a ser  Torrent de les Flors durante los periodos de principios del siglo XX en que el catalán podía ser usado de forma oficial, hasta la llegada del franquismo, tras la recuperación de la autonomía la calle volvió a recuperar el nombre que casi desde el inició de la planificación de la misma le fué otorgada por la voz popular. Los tres propietarios aparte de proyectar las tres calles que deberían llevar sus nombres, hicieron una cuarta para la mejor urbanización del lugar, esta lleva en la actualidad el nombre de “Les Tres Senyores” y aparece en el mapa de 1889 como el de las Tres Mujeres, estas no son otras que Mercè Trigola, Teresa Rabassa y Teresa Betet, las tres mujeres de los tres promotores del lugar, por último, mencionar que pese a que el nombre de Torrente Flores no esté asociado a su calle, en 1994 se aprobó que una pequeña plaza situada no muy lejos de allí, en la calle Alzina, lleve su nombre igual que el jardín situado justo al lado; restituyendo la memoria que la voz popular le pudo haber quitado, sin su que el se hubiese opuesto en ningún caso.

Ver Torrent de les Flors o Torrente Flores en un mapa más grande

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