Las Ramblas fueron una de las
primeras calles de Barcelona dotadas de iluminación eléctrica (finales del S.
XIX), durante el mandato del alcalde Rius i Taulet. Hoy en día aún se pueden
localizar en el paseo algunas farolas de esa época, cuya característica principal son sus cinco brazos; en grupos de cuatro en
cuatro y en puntos muy concretos del paseo, su ubicación no es casual.
Estos grupos de farolas las
encontramos en cinco puntos distintos y sirven para marcar las antiguas
entradas de la muralla medieval del siglo XIII y derribada a finales del siglo
XVIII. Los antiguos portales son los de Santa Anna, que recibía este nombre por
encontrase cerca de la parroquia homónima; Porta Ferrisa, cuyo nombre se debía
a que en ese portal se encontraba una “cana” (antigua medida medieval) de
hierro; la Porta de la Boqueria, sobre su nombre existen diversas versiones que
explicaremos en el próximo post; la de los Trenta Claus, seguramente debido a
que las maderas de la puerta estaban remachadas con treinta clavos y por último
la de Fra Menors, su nombre se debe al encontrase delante del primer convento
franciscano peninsular.
Pese a que podríamos pensar que
el único recuerdo sobre las antiguas murallas son estos conjuntos lumínicos, no
es cierto, en la antigua ubicación de la Porta Ferrisa nos encontramos con un
mural cerámico donde se nos explica brevemente la historia del lugar y cerca de
la Porta dels Trenta Claus, en la entrada de un parquing, podemos encontrar un
trozo de la antigua muralla dicha de Jaume I.
Enlaces:
Muy interesante y pedagógico.
ResponderEliminarGracias!!
ResponderEliminarMuy buen post, Xavier!
ResponderEliminarSabía la ubicación de los portales de acceso a la antigua Barcino, pero desconocía el sentido que tienen las farolas ubicadas de esta manera.
Ya me fijaré en mi próximo paseo.
Saludos!
Xavi