Algo tradicional en estas fechas
es comprar lotería, ya sea para el Gordo o el Niño, mucha gente simplemente
compra alguna participación en el bar de la esquina por eso del “por si acaso
toca…”. Por otro lado hay muchos que se acercan a alguna administración de
Lotería, las más populares son esas que ya han repartido suerte anteriormente,
una de las que cuenta con más números agraciados a lo largo del tiempo es el Gato
Negro. Nacida en 1912 y que desde los años 30 reparte suerte desde la misma
localización, dentro de una portería, en la calle Pelayo. De todas formas
parece que su nombre, otorgado por la voz popular, no sea el más apropiado a la hora de repartir
suerte y es que todos sabemos las funestas consecuencias que puede acarrear
cruzarse con un gato negro.
Parece ser que esta superstición se
remonta en la época en la que los piratas solían atacar las costas, pues dice
la voz popular que los piratas solían llevar consigo un gato de color negro
para que se ocupase de las ratas de abordo y que al desembarcar estos, el gato,
asustado del comportamiento de los piratas; era el primero en salir corriendo
del barco y dirigirse al pueblo más cercano. Se dice que si alguien en el
pueblo se cruzaba con un gato de este color era señal de calamidad pues los
piratas habían desembarcado cerca del pueblo y no andaban lejos. Hoy en día,
pese a que los piratas con pata de palo ya no navegan por nuestras costas, se
sigue creyendo que cruzarse con un gato negro es un mal augurio.
Esta es solo una versión sobre el
porqué de la mala suerte al cruzarse con un gato, pero como suele ocurrir, de
versiones existen muchas otras, incluso relacionadas con la brujería.
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